Bilbao es una ciudad llena de arte, tradición, vanguardia y buena gastronomía. Separada por la ría, son varios puentes los que unen las dos partes de la ciudad convirtiéndola en una ciudad de lo más completa que lo tiene todo cerca y que, además, es accesible caminando. Todo ello hace que Bilbao sea un destino ideal para descubrir en un fin de semana. Para que no te dejes nada por el camino, en Nativics hemos diseñado el mejor itinerario con los lugares de interés más importantes y las cosas que hacer más relevantes. Además, este plan incluye una noche de hotel céntrico en Bilbao, para que lo tengas todo a mano, y la entrada al Museo Guggenheim, para que no pierdas el tiempo en colas y esperas.

3 Días / 2 Noches
++
desde
€118
por persona

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Detalles de la experiencia

  • Alojamiento en hotel céntrico en Bilbao en régimen seleccionado.
  • Entradas al Museo Guggenheim.
  • Vuelos (solo en el caso de que se hayan seleccionado en el buscador)
  • Coche de alquiler
  • Servicio de recogida y retorno al hotel
  • Otras entradas no mencionadas
  • Otros traslados no mencionados
  • Guía turístico

Si quieres añadir transportes para llegar hasta Bilbao, si necesitas un coche de alquiler en Bilbao, si quieres añadir o quitar días a la experiencia propuesta o si quieres personalizar tu viaje, no dudes en contactar con nosotros y buscaremos la opción que más se adapte a ti.

Guía de viaje de Fin de semana en Bilbao con entrada al museo Guggenheim

Día 1:

Primera toma de contacto con la ciudad al estilo bilbaíno

Una vez te acomodes en tu hotel en el centro, aprovecha estas horas para dar un paseo por los alrededores de la ciudad, sus bonitas calles y puentes, que se ubican a lo largo de la Ría de Bilbao. Sumérgete en la vida de los bilbaínos probando sus múltiples "pintxos" en el Casco Viejo (casco antiguo de la ciudad). La Plaza Unamuno es un buen lugar para empezar.  Entre sus calles empedradas encontrarás restaurantes y tascas donde disfrutar del pintxo y txikito (vaso pequeño de vino). Te recomendamos que durante tu fin de semana, no dejes de hacerlo porque, además de que los pinchos forman parte de la cultura vasca y están riquísimos, es una tradición de lo más animada.

Sabías que...

Tkikiteo Bilbao

La palabra txikito (chiquito) significa chiquitín en euskera y es el nombre que se le da a los vasos pequeños de vino. El txikiteo, es ir de bar en bar tomando txikitos. Esta tradición viene de lejos cuando los amigos o "txikiteros" salían después del trabajo a tomar unos txikitos. Podríamos decir que en el norte ya habían inventado el afterwork mucho antes de que se pusiera de moda. Actualmente, esta tradición ha vuelto ha resurgir entre los jóvenes añadiendo un pintxo al txikito. ¡Las buenas costumbres no deben perderse nunca!

Pastel Carolina típico de Bilbao

Productos típicos de Bilbao

Para picar y comer

Pinchos (pintxos)

Queso Idiazábal

Champis (champiñones)

Bacalao a la vizcaína

Cocochas de merluza en salsa verde

Marmitako

Chuletón

Dulces y postres

Bollo de mantequilla

Carolina

Pastel de arroz

Canutillos de Bilbao

Rusos

Vinos y licores

Txacolí: vino blanco seco y algo ácido.

Sagardoa: similar a la sidra.

Patxarán: digestivo a base de bayas de enebro.


Día 2:

Recorriendo el Casco Viejo de Bilbao y sus monumentos

Empezamos el día en el Casco Viejo o siete calles, corazón de la ciudad. La primera parada es el Mercado de la Ribera, un mercado tradicional que entró en el 1990 en el libro Guinness de los récords como el mercado municipal de abastos más completo siendo, en su momento, el más grande de Europa con nada más y nada menos de 10.000 metros cuadrados y multitud de puestos de productos fresco. Al salir del mercado, hazlo por la puerta de San Antón y te toparás con la iglesia gótica más emblemática de Bilbao, la Iglesia de San Antón, preciosa por dentro y por fuera y con una ubicación junto a la ría que convierten a este templo en un lugar de interés de lo más fotografiado. Es tan popular entre los bilbaínos que aparece retratado en el escudo de la villa.  Si quieres entrar, la entrada se adquiere en el mismo recinto y puedes comprar también la de la entrada a la Catedral de Santiago, nuestra próxima parada.  Esta catedral gótica fue construida entre los siglos XIV y XV aunque su preciosa fachada, reconstruida posteriormente, es de estilo neoclásico. Con tres naves de las cuales la principal es la más alta con 22,5 metros de altura, sin duda lo que más llama la atención son sus vidrieras, la bóveda celeste de la Sacristía y el claustro.  Al terminar la visita, dirígete hacia la ría y, desde allí, llegarás rápidamente al Teatro Arriaga. Un bonito teatro de estilo neobarroco del siglo XIX y construido en honor a Juan Crisóstomo de Arriaga, un joven bilbaíno prodigio de la música que al morir con tan solo 19 años ya había compuesto más de 20 obras. Este edificio destaca por su fachada principal y sus elementos decorativos, que toman como referencia el Teatro de la Ópera de París. Llegado este momento, es buena hora para seguir el paseo hasta llegar a la Plaza Nueva, lugar de encuentro de los bilbaínos y, por supuesto, buen lugar para comer y probar algunos de los famosos pintxos de la región con su correspondiente txakoli, vino vasco por excelencia. Uno de los bares más emblemáticos es el Café Bar Bilbao, con su característica entrada azul. Otros establecimientos recomendados son el Gure Toki, el Urdiña, y el Charly.  Después de reponer energías, continuamos nuestra ruta por el Paseo Campo de Volantín, junto a la ría, para llegar hasta el Ayuntamiento de Bilbao, famoso por su gran plaza y su escultura de hierro, obra del escultor vasco Jorge Oteiza. Esta escultura de ocho metros de altura, seis metros de diámetro y 16 toneladas de peso, tiene el nombre de Variante Ovoide. Aunque es conocida popularmente como la “txapela a medio lado” por su forma que se asemeja a este complemento vasco, en realidad es un cuerpo geométrico vacío hecho con acero corten, material con el que se fabricaban antiguamente los cascos de los barcos que navegaban por la ría de Bilbao. Si quieres tomar algo o cenar por el otro lado de la ría, cruza por el Puente del Ayuntamiento y llegarás a la zona de restaurantes y bares donde podrás tomar algún pintxo o sentarte a cenar un buen txuletón o un bacalao como solo los vascos saben hacer..



¿Qué verás hoy?

Baldosa Bilbao

Baldosa roseta de Bilbao

Uno de los iconos de la ciudad de Bilbao son sus baldosas que datan de los años 40 y 50 y que sustituyeron al asfalto. De hecho, actualmente el suelo bilbaíno está cubierto por más de 66.000.000 de baldosas roseta. Su nombre se debe a que tienen dibujados unos surcos en forma de flor. Estas baldosas se fabricaron para resistir al agua y evitar los resbalones en los días lluviosos y es tan representativa de la ciudad que se elaboran manteles, pañuelos, pulseras y hasta repostería con esta forma. ¡Las encontrarás vayas donde vayas!

Día 3:

Descubriendo la ciudad del Guggenheim


El día empieza subiendo al funicular del Mirador de Artxanda. Desde este mirador se observa toda la ciudad de Bilbao. Su barandilla roja con la palabra Bilbao y sus vistas panorámicas han convertido a este mirador en un lugar digno de fotografiar. Si te recomendamos que sea tu primera parada es porque está muy cerca del museo que no abre hasta las 11h. De esta manera, optimizarás mejor el tiempo. El billete se compra allí mismo por un precio más que económico. El funicular pasa cada 15 minutos. Cuando vuelvas a bajar con el funicular, si continúas paseando por la Ría de Bilbao, llegarás hasta el Puente de la Salve, desde esta parte podrás ver junto a la ría, el impresionante Museo Guggenheim. Atraviesa el puente y ya habrás llegado al museo más famoso de Bilbao y de visita imprescindible. Lo primero que llama la atención de este museo son sus esculturas exteriores: Puppy, el famoso perro floreado y Mamá, la gran araña con ocho patas gigantes. Pero, lo que también es realmente puro arte es la arquitectura vanguardista del edificio que se ha convertido en un símbolo de la ciudad. Diseñado por el arquitecto canadiense-americano Frank Gehry, esta monumental escultura tiene una superficie de 24.000 metros cuadrados que alberga en su interior grandes colecciones permanentes de arte contemporáneo y otras exposiciones temporales. Nuestra recomendación es que le dediques tiempo a la visita, que suele durar unas 3 horas, por lo que deberías entrar al museo a primera hora de la tarde, alrededor de las 15h o 15:30h ya que el museo cierra a las 19h. Cuando termines de ver las exposiciones del museo y sus enormes esculturas, puedes seguir por la calle Urbitarte, que bordea este lado de la ría, hasta llegar famoso puente de Calatrava: el Puente Zubizuri, una estructura blanca y arqueada que simula un barco de vela a 10 metros del agua de la ría. Una vez hayas hecho las fotos pertinentes, sigue por este lado de la ría donde encontrarás multitud de lugares donde comer en las calles Ledesma, Abando y de la Diputación. Ideal para seguir viviendo el espíritu bilbaíno mientras recargas energías después de la caminata y la visita al museo. 


Por la tarde, si aún tienes ganas de caminar, puedes ir de nuevo hasta la ría y en la calle Ripa encontrarás la bonita Estación Concordia. Esta estación de ferrocarril que une Bilbao con Santander, destaca por su fachada modernista con elementos de cerámica, cristal y hierro forjado que la convierten en la estación más especial de la ciudad. Para terminar tu fin de semana en Bilbao, a tan solo 10 minutos a pie de estación, se ubica la Alhóndiga de Bilbao o Azkuna Zentroa. Si tienes tiempo y ganas, es otra opción para visitar. Este edificio fue un almacén de vino construido en 1909 que se remodeló después de su abandono, convirtiéndolo en un centro cultural y de ocio. Lo que hace tan especial a este edificio son sus 43 columnas coloridas, cada una con un diseño propio. 


¡Buen regreso a casa! ¡Agur!



¿Qué verás hoy?

Puppy, la mascota más famosa de Bilbao

"Puppy" es la famosa obra en forma de perro West Higland terrier creada por el artista Jeff Koons. Este gigante perro floreado custodia el Museo Guggenheim, es todo un emblema de la ciudad y un personaje de lo más querido por quienes lo visitan. Está formado por 38.000 flores pero lo más sorprendente es que las flores se cambian dos veces al año. En primavera-verano, Puppy se viste de begonias, impatiens, petunias y ageratum; en otoño-invierno, de pensamientos -una flor resistente al frío y la lluvia-, de violas, lobularias y prímulas. Este cambio de flores supone un proceso complejo ya que se colocan sobre la estructura de hierro, una especie de maya, varias capas de sustrato de tierra y un sistema de riego integrado que lo hace más sostenible. Además, para ello se plantan previamente miles de flores exclusivas para esta mascota y se necesitan para su colocación unos 20 jardineros.


Actividades

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