La Pedrera o Casa Milà, es un edificio obra del gran maestro español Antoni Gaudí ubicado en el centro de Barcelona, en el Paseo de Gracia, catalogada como Bien cultural del patrimonio mundial por la UNESCO. Su construcción se llevó a cabo entre los años 1906 y 1912, siendo una de las obras civiles más innovadoras del arquitecto catalán. Este edificio destaca por su fachada que no es estructural ni muro de carga, sino que se convierte en un muro cortina donde más de 6.000 bloques de piedra se unen a la estructura por elementos metálicos. La forja es otra de sus distinciones tanto como complemento arquitectónico como aportación ornamental.A lo largo de los años, este edificio ha alojado a huéspedes distinguidos - incluso a un príncipe y su séquito-, ha sido hotel, sede de un consulado, bingo, despachos de empresas y tiendas. Su construcción fue por encargo del matrimonio formado por Pere Milà y Rosario Segimon, de ahí a que se conozca con el nombre de Casa Milà. La intención de este matrimonio era crear un edificio singular en el que alojarse en la planta principal mientras alquilaban el resto de viviendas. Después de algunas complicaciones con los permisos de obra, en 1912 se certifica el final de las obras del edificio, instalándose así el matrimonio Milà y alquilando el resto de viviendas. En 1929, se instala la primera tienda de La Pedrera, en la planta baja del edificio, la sastrería Mosella. Durante la Guerra Civil Española, 1936-1939, la Casa Milà es confiscada por el Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC), convirtiéndose en la sede de la Consejería de Economía y Agricultura y en residencia particular del consejero Joan Comorera quien se instaló en el piso principal. En 1940 fallece Pere Milà y su viuda, Rosario Segimon, seis años más tarde, en 1946, vende el edificio a la inmobiliaria Provenza con la condición de seguir viviendo en el piso principal hasta su muerte, en 1964. En 1953, esta inmobiliaria encarga al arquitecto Francisco Juan Barba Corsini la construcción de 13 apartamentos en el desván del edificio y la transformación del primer piso de la calle Provenza en cuatro apartamentos más de 100 m² cada uno, haciéndonos una idea de las dimensiones del edificio. En 1986 el banco Caixa de Catalunya compra el edificio a la Inmobiliaria Provenza. En 1987 se abre por primera vez la visita a la azotea de La Pedrera y se restauran el edificio para convertirlo en un centro cultural. En 1992 se inaugura la sala de exposiciones con la exposición Vanguardias en Cataluña, formando parte del programa cultural de los Juegos Olímpicos del 92. EN 1994, se inaugura el auditorio de La Padrera en las antiguas cocheras del edificio. Finalmente, en 1996 terminan las obras de restauración bajo el lema "Por Barcelona no damos un grano de arena sino toda una Pedrera".