Fin de semana en Valencia con entrada a la Ciudad de las Artes y las Ciencias

Una vez llegues a Valencia y dejes las maletas en tu hotel, aprovecha este momento para explorar los alrededores de la ciudad y buscar algún lugar donde cenar. En la zona de Ruzafa encontrarás muchos locales donde tapear o cenar, tomar algo y trasnochar. También es la zona del tardeo por lo que puedes ver gente animada desde la tarde, disfrutando de las terrazas. Todo en uno. Es un barrio que está muy de moda y que tiene mucho ambiente. 

Otra opción, es el barrio del Carmen, otra zona animada con restaurantes y bares con encanto en plena Ciutat Vella. Este barrio histórico tiene vida durante todo el día: mercados, pequeños comercios, bares y terrazas y, al caer la noche, los pubs de los alrededores de la Plaza del Tossal se convierten en el lugar de encuentro de muchos valencianos y valencianas. Por supuesto, vayas donde vayas, no dejes de tomarte un agua de Valencia, el cóctel por excelencia de la ciudad elaborado con cava, zumo de naranja, ginebra, vodka y azúcar, o la cerveza valenciana Turia.

Empezamos nuestro recorrido por el centro histórico de Valencia.  La primera parada, debido a que su horario es de 7h a 15h,será el Mercado Central. Allí encontrarás más de 300 puestos de productos frescos y locales. Es uno de los mercados más grandes de Europa por lo que te recomendamos que saques tiempo para conocerlo. Justo al lado de este mercado, está la Lonja de la Seda, un edificio del gótico civil declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.  En su interior descubrirás su impresionante Salón Columnario o de Contratación, el Patio de Naranjos y el Torreón.  En la planta está la capilla de la Inmaculada Concepción. Los dos pisos de arriba estaban destinados a la cárcel de mercaderes morosos. ¡Más valía tener tus pagos al día!

Al salir de la Lonja, dirígete hacia la Torre de Santa Catalina, pasando por la Plaza Redonda, una plaza con varias tiendas de souvenirs y que los domingos durante la mañana se convierte en mercadillo.  La Torre de Santa Catalina, de estilo barroco, es una de las imágenes icónicas de la ciudad y bien merece la pena visitarla. Sus puertas abren todos los días de la semana y su entrada es gratuita. Después, aprovecha para descansar mientras te tomas una tradicional horchata de chufa y unos fartons de acompañamiento en la famosa horchatería Santa Catalina, con más de dos siglos de experiencia. Una vez hayas recobrado la energía, continúa caminando por las bonitas calles para pasar por la concurrida Plaza de la Reina hasta llegar a la Catedral de Valencia y su Torre Miguelete, justo al lado. La entrada tanto de la catedral como del Miguelete, puedes adquirirlas en el mismo monumento. No suele estar muy concurrido por lo que no encontrarás largas colas ni esperas. 

La Catedral de Valencia o Catedral de Santa María, es una construcción que combina varios estilos arquitectónicos debido a los siglos que se tardó en construir, como en cualquier edificación de las mismas características y dimensiones. Desde la impresionante puerta gótica de los Apóstoles, el miguelete y el cimborrio en el siglo XIV y XV, pasando por los distintos estilos renacentista, barroco y neoclásico, hasta llegar al siglo XXI. De gran belleza, destaca también por la calidad de sus pinturas de diversos artistas, entre ellos, Francisco de Goya, por su coro y su retablo mayor. Pero, sin duda, el protagonista indiscutible de la catedral valenciana es el Santo Cáliz, que se ubica en la capilla del mismo nombre. Este cáliz data de la época alejandrina y está considerado como el Santo Grial. Aunque hay algunos escépticos debid o a su apariencia medieval, lo cierto es que la reliquia es la taza de ágata, la parte de arriba del cáliz, una preciosa copa alejandrina de origen oriental y que los arqueólogos consideran de los años 100 al 50 antes de Cristo. Efectivamente, la parte de abajo (el pie, las asas y la naveta que sustentan la copa), se habría añadido más tarde, en la época medieval. De ahí el oro, las perlas y las piedras preciosas y la naveta de alabastro de estilo islámico. Escépticos o no, es un tesoro milenario que no debes perderte…

Una vez acabes tu visita en la Catedral, es hora de descubrir uno de los barrios más queridos de Valencia: el barrio del Carmen. Ubicado en el distrito de Ciutat Vella, en pleno corazón de la ciudad, es el auténtico centro histórico de Valencia y uno de los barrios medievales más grandes de Europa. Su nombre se debe a la iglesia del Carmen Calzado, que se encuentra allí, junto a la plaza del mismo nombre. En este emblemático barrio, podrás descubrir muchos locales y restaurantes donde comer o tomar algo pero también mucha historia. Delimitado antiguamente por una muralla musulmana, los restos medievales que se conservan actualmente son las Torres de Serranos y las Torres de Quart. En el Carmen encontrarás la centenaria Plaza del Árbol, el Portal de la Valldigna y la pequeña Casa de los Gatos, lugar de visita obligada. Además, este barrio es conocido por su arte callejero, su estilo bohemio y sus museos de arte contemporáneo y moderno donde destacan el IVAM, el MUVIM y el Centre del Carme. Sin duda un lugar lleno de vida que lo tiene todo, incluso terrazas donde tapear o comer una buena paella. No hace falta que te digamos que no puedes irte de Valencia sin probar este plato estrella, uno de los más conocidos en el mundo. Por la tarde, puedes aprovechar para ir a la Calle Colón, una zona llena de tiendas y comercios ideal para hacer algunas compras. Ya que estás, de camino para en la Plaza del Ayuntamiento, una gran plaza rodeada de grandes edificios, incluido la Casa Consistorial de Valencia. Esta plaza es lugar de grandes eventos y fiestas. Aquí se celebran las clásicas mascletás en las mundialmente famosas, Fallas de Valencia, la festividad más importante para cualquier valenciano y valenciana. Al llegar la noche, en el centro encontrarás diferentes opciones donde cenar y disfrutar del buen ambiente de sus calles. Si prefieres la alta cocina, en la calle Correos se encuentra El Poblet, el restaurante con 2 estrellas Michelín y 2 soles Repsol de Quique Dacosta. Si te apetece degustar sus platos creativos, te recomendamos que reserves con antelación en su web.