Si estás pensando en visitar Zaragoza, en Nativics te hemos preparado este itinerario de tres días para que conozcas al detalle la quinta ciudad española, con una población nada más y nada menos que de 700.000 habitantes y con más de 2.000 años de historia. Nuestro plan incluye 2 noches de alojamiento en un hotel del centro de Zaragoza, ruta personalizada y consejos para descubrir la ciudad y atención personalizada antes, durante y después del viaje.

+
desde
€91
por persona

¿Te interesa?

Realiza tu búsqueda y asegúrate ya el mejor precio.

Detalles de la experiencia

Guía de viaje de 3 días en Zaragoza

Día 1:

Llegada a Zaragoza. Descubriendo el centro histórico de la ciudad

Una vez llegues al hotel, es hora de adentrarte en el centro de Zaragoza. Una ciudad llena de historia, cultura, gastronomía y buen ambiente. ¡Lo tiene todo! Para llegar al centro tienes varias opciones, caminando, en tranvía o en bus. Generalmente, recomendamos ir a pie ya que así es como conoces mejor la ciudad e incluso descubres lugares nuevos. Pero, si estás cansado del viaje o de andar durante todo el día, no lo dudes y usa el transporte público. Sin duda, para moverte por el centro, el tranvía es la mejor opción ya que es rápido, barato y tiene un amplio horario y frecuencia. Si lo coges, te recomendamos que pares en la parada Plaza del Pilar-Murallas, ya que desde aquí es donde empieza la ruta de hoy. Estas murallas, declaradas Bien de Interés Cultural, fueron construidas por los romanos, quienes otorgaron el nombre de Caesaragusta a la ciudad, en honor a su fundador Caesar Augusto. Después del paso de los siglos y tras años de conquistas de visigodos, musulmanes y cristianos, este nombre derivó en el nombre que conocemos en la actualidad: Zaragoza. Por esta razón, creemos que no hay mejor manera que empezar nuestra visita a Zaragoza entrando a lo grande, por la Muralla Romana de Caesaraugusta. Además, justo a la izquierda de ella, antes de entrar a la Plaza del Pilar, se alza una gran torre, es el Torreón de la Zuda, construida durante la invasión musulmana durante el siglo VIII. Esta torre la verás varias veces a lo largo de tu estancia en la capital aragonesa ya que se ve desde el Río Ebro, que pasa justo enfrente de ella. 


Continuando con la Muralla, en el otro extremo derecho, ubicado en la misma Avenida Cesar Augusto, se encuentra el Mercado Central, un local lleno de puestos de fruta, carne, pescado, charcutería, flores y otros productos locales. No es nada turístico por lo que es perfecto para conocer los productos de la zona y sentirte como un auténtico zaragozano. No es un mercado muy grande por lo que no te quitará mucho tiempo. Además, si te apetece, dentro encontrarás algunas cafeterías donde tomar algo o comerte algún pincho. Como todo en está ciudad, está de lo más animado. Este mercado está abierto de lunes a viernes de 9h a 14h y de 17:30h a 20h, y los sábados hasta las 14:30h, así que puedes aprovechar para verlo en alguno de los ratos que tengas libre o que quieras comer algo. Una vez pasada la muralla, entrarás en la plaza más importante de Zaragoza y eje neurálgico de la ciudad: la Plaza del Pilar. En ella se llevan a cabo las celebraciones y eventos más importantes. Las más conocidas son las Fiestas del Pilar, en octubre, a las que acuden viajeros de todo el mundo. Sin duda alguna, es un lugar imprescindible para los zaragozanos y los turistas ya que alberga la Basílica de Nuestra Señora del Pilar y la Catedral (Seo). Además, en esta plaza rectangular hay varias terrazas y cafeterías donde sentarte y contemplar la imponente Basílica del Pilar y la Catedral. Una estampa digna de admirar… Ya te adelantamos, que no vas a poder parar de hacer fotos y vídeos. Y si quieres hacer algunas compras, en sus alrededores también hay varias tiendas donde comprar recordatorios, objetos religiosos o dulces típicos como el adoquín o las frutas de chocolate. Continuamos nuestra ruta visitando el interior de la Basílica del Pilar, una de las catedrales más grandes del mundo y cuya tradición cuenta que fue el primer templo mariano de la cristiandad. Famosa en todo el mundo, en su interior, en la Santa Capilla, se halla la Patrona de la Hispanidad, de Zaragoza y de la Guardia Civil: la Virgen del Pilar. Llamada así porque se encuentra encima de un pilar que, en realidad, es de jaspe. Además de la Virgen, esta catedral es preciosa tanto en su exterior, con sus torres que se ven desde lo lejos, como en su interior donde podrás encontrar diferentes obras de arte de Goya y pinturas del pintor Antonio González Velázquez, un retablo mayor elaborado en alabastro, así como otras sacristías y varias capillas más destinadas a Santa Ana, San José, San Antonio de Padua, San Braulio, San Agustín, Santa Rosario, San Pedro Arbués, San Lorenzo, San Joaquín y el apóstol Santiago. Como nota histórica, en las paredes podrás encontrar colgados los misiles que se lanzaron durante la Guerra Civil y que no explotaron por lo que no consiguieron destruir la Basílica, seguramente protegida por la Virgen del Pilar. Si te fijas bien, también verás en el techo, el boquete que dejaron. Una vez termines tu visita, no te olvides de pasar por la pequeña tiendecita que hay en la salida. Allí venden las famosas cintas con la medida de la Virgen, como símbolo de protección de los enfermos y viajeros. De hecho, difícilmente no verás a un zaragozano sin esta cinta en el coche, la moto, el carrito del bebé… Así que si estás pensando en llevar algún detalle de recuerdo, nada más significativo que esta cinta.


Una vez vista la Pilarica, toca descubrir la Catedral de la Seo (también llamada catedral del Salvador),ubicada en la misma plaza. En la entrada te ofrecerán un audioguía para que puedas aprender todo sobre este templo a tu ritmo. Si llega la hora de comer, nuestra recomendación es que te dirijas a la zona de Santa Marta, donde encontrarás diferentes restaurantes, bares y cafeterías. Ideal para probar algunas de las tapas y platos típicos de Zaragoza. Durante la tarde, puedes ir hasta el Museo de los Faroles y del Rosario de Zaragoza, en el interior de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús. Aquí se guardan los pasos para la procesión de la Virgen del Pilar. Los Faroles y el Rosario de Cristal representan a cada una de las partes del rezo del rosario: Misterios, Padrenuestros, Avemarías, Glorias y la Letanía y están realizados con más de 300 piezas en forma de carrozas y estandartes de cristal iluminados.


Para terminar el día, nada mejor que ver el atardecer desde el Puente de Piedra. Este puente que atraviesa el río Ebro, es el más antiguo de la ciudad y en su recorrido se hallan diferentes miradores con vistas espectaculares a la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, justo enfrente. Una puesta de sol única y la foto más divulgada de Zaragoza.  Al caer la noche, toca relajarse y disfrutar del ambiente local de la zona del Tubo. En este barrio encontrarás tascas, bares y restaurantes donde tapear o probar alguno de los platos tradicionales de Zaragoza. No te vayas sin probar el ternasco con patatas, las borrajas, el bacalao ajoarriero o las migas aragonesas. Aquí la gente es muy animada y puede estar tapeando y tomando algo hasta tarde. Así que aprovecha para disfrutar como un zaragozano más.

¿Qué verás hoy?

Día 2:

Torre del Pilar, la Lonja de Zaragoza, Museo de Ciencias Naturales y Parque Grande.

Hoy puedes empezar visitando la Torre Mirador del Pilar. Esta torre no tiene acceso desde el interior de la Basílica, sino que la entrada se hace desde uno de los lados del Pilar, concretamente en la torre de San Francisco de Borja. Desde allí, un ascensor de cristal panorámico te subirá 62 metros en unos 20 segundos. Eso sí, después deberás hacer el resto de la subida (18 metros) por las escaleras en caracol. No te preocupes porque hay dos tramos donde parar a descansar antes de llegar al gran mirador acristalado, ubicado a 80 metros de altura y con unas vistas espectaculares de 360º a la ciudad, con el río Ebro a un lado y las cúpulas de la Basílica, al otro. 


Al salir de la torre del Pilar, justo entre la Basílica y la Seo, se encuentra el Museo de La Lonja. El acceso es gratuito y su interior alberga exposiciones temporales. Este edificio, declarado Bien de Interés Cultural, es de una gran importancia y belleza ya que está considerado como uno de los edificios civiles más importantes del siglo XVI en España, donde se llevaban a cabo las relaciones comerciales y mercantiles. En 1983, esta construcción acogió la sesión constitutiva de la I Legislatura, tras las primeras elecciones autonómicas de Aragón. Con una arquitectura renacentista basada en las Lonjas de Mallorca y Valencia, el diseño interior de La Lonja de Zaragoza está constituido por un gran salón de bóvedas de crucería y tres pisos donde se organizan las diferentes exposiciones temporales. Además, no te puedes perder el caballito de la Lonja, una estatua de bronce que homenajea al antiguo caballo de cartón piedra que utilizaba el fotógrafo Ángel Cordero Gracia para fotografiar a los niños de la ciudad. Estuvo en esa plaza, en ese mismo lugar, sacando sonrisas desde 1925 hasta 1978. Querido por todos los zaragozanos, ahora, niños y familias de todos los lugares, siguen haciéndose fotos y sonriendo encima del caballo de bronce de La Lonja.


Una vez te hayas sacado la mítica foto galopando, es hora de visitar el Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de Zaragoza.  Para llegar, puedes hacerlo en tranvía, en bus o a pie. El tiempo es el mismo, unos 20 minutos. Si lo haces caminando, puedes aprovechar para ver el Museo del Teatro de Cesaragusta, ruinas arqueológicas romanas ubicada en medio la ciudad. Tienes varias opciones: entrar al museo (la entrada es asequible) o verlo desde fuera. La visita a su interior siempre es más completa pero si no quieres perder mucho tiempo en ello, al pasar verás el anfiteatro desde la propia acera. Eso dependerá de tu interés y el tiempo del que dispongas. Sin embargo, el museo de Ciencias Naturales nos parece de lo más interesante y una visita más que recomendable por su Colección Paleontológica. Más de cien mil fósiles de plantas y animales vertebrados e invertebrados, ilustran la historia y evolución de la Tierra desde los inicios de la vida. Lo más increíble es que, aunque cuenta con ejemplares de todo el mundo, un algo porcentaje proceden de las excavaciones que se siguen realizando en la región aragonesa. Para que te hagas una idea de la relevancia de este museo, entre sus exposiciones se hallan, entre otras, esqueletos de dinosaurios, cuernos de narvales y mamuts y una exposición permanente de cráneos humanos que muestran la evolución biológica del ser humano. 


Después de dar un repaso por la historia de la vida de la Tierra y la Humanidad, nada mejor que hacer una parada para comer. Te recomendamos, cerca del museo, la zona de San Miguel. Un barrio animado y comercial que se extiende hasta la Plaza de los Sitios y que tiene gran variedad de restaurantes y bares donde degustar alguno de los platos emblemáticos de la ciudad. Justo al lado de la Plaza de los Sitios, se ubica el Museo de Zaragoza con diferentes colecciones en las que se incluyen exposiciones arqueológicas, etnológicas, cerámicas y obras pictóricas y escultóricas en las que destacan las de Goya, artista que pasó su juventud en esta ciudad. La entrada es gratuita y se adquiere en el mismo museo. 


Por la tarde, nada mejor que relajarse y pasear por el Parque Grande José Antonio Labordeta. Puedes llegar en tranvía, autobús o caminando por el Paseo de Sagasta, la calle comercial por excelencia, si tu intención es hacer algunas compras. Este bonito parque es famoso por sus fuentes que se iluminan al anochecer. Cuando llegues al parque, puedes recorrerlo paseando o, si ya has andado suficiente, coger el pequeño trenecito que da la vuelta al parque. El billete se compra en el mismo lugar donde se coge y el precio es más que razonable. Una forma rápida y relajada para aquellos que prefieren reponer fuerzas.




¿Qué verás hoy?

Día 3:

Visita al Palacio de la Aljafería y despedida de Zaragoza

En este último día cultural por Zaragoza, puedes descubrir el Palacio de la Aljafería. Un palacio lleno de historia y arte mudéjar, Patrimonio de la Humanidad. Construido en el siglo XI por los musulmanes, a lo largo del paso del tiempo, debido a los diferentes acontecimientos históricos, sus usos fueron cambiando: alcázar islámico hudí, palacio medieval mudéjar, palacio de los Reyes Católicos, fortaleza en el siglo XVI, cárcel durante la Inquisición, cuartel militar y, en la actualidad, sede de las Cortes de Aragón. Todos los demás detalles, los descubrirás durante la visita.

Como sugerencia especial, si quieres un buen desayuno, antes de ir al Palacio de la Aljafería tómate un chocolate con churros en la Churrería La Fama. Esta churrería la encontrarás en una de las calles que dan a la Plaza del Pilar, a tan solo unos pocos metros, y los domingos en la mañana puedes ver a muchos maños y mañas disfrutando de este desayuno mientras charlan animados. ¡Energía para todo el día! 


Para terminar este día y según el tiempo del que dispongas, antes de irte te recomendamos disfrutar una última vez del tapeo de las zonas de El Tubo, San Miguel o Santa Marta. Aprovecha también para despedirte de la Plaza del Pilar y hacer las últimas compras en sus alrededores. ¡No te olvides llevarte algunos de sus dulces típicos a casa! 


¡Buen viaje de vuelta!

Contacta con un experto

Si tienes alguna pregunta sobre esta experiencia, si quieres más detalles o si quieres personalizar tu viaje ¡no esperes más! Ponte en contacto con nosotros y te ayudaremos a confeccionar tu viaje a medida.

Contacta con nosotros si necesitas añadir vuelos, coches de alquiler, traslados o eventos a tu viaje. Resolveremos todas tus dudas y te ayudaremos a finalizar tu reserva.