Fin de semana en Granada con entrada a la Alhambra

Aprovecha este día para acomodarte en tu hotel en el centro de Granada y salir a descubrir la ciudad. Dependiendo de la hora de llegada, puedes aprovechar para disfrutar del atardecer del Mirador de San Nicolás, dar una vuelta por el barrio del Sacromonte o por la Alcaicería, la calle de tiendecitas árabes. Aprovecha para ir de tapeo en el centro o para cenar en la calle Calderería, llena de teterías, restaurantes y delicias árabes. 

Está claro que no puedes venir a Granada por primera vez y no visitar la Alhambra. Sin duda, el monumento por excelencia de la ciudad. Empieza el día temprano y aprovecha para desayunar bien en alguna churrería. Los churros de Granada están buenísimos y, además, hoy vas a caminar mucho así que vas a necesitar energía para todo el día.

Una vez hayas desayunado, dirígete hacia la Alhambra caminando. En nuestro plan tienes incluida la entrada a todo el complejo: la Alhambra, los jardines del Generalife, la Alcazaba, el Partal, el palacio de Carlos V y los Palacios Nazaríes. Eso sí, si no quieres quedarte sin tu entrada es recomendable que reserves tu viaje con antelación.  La Alhambra es uno de los monumentos más visitados del mundo y los Palacios Nazaríes tienen aforo limitado así que hay que reservar hora con suficiente tiempo para no perdértelos. La visita al complejo te llevará entre 3 y 4 horas así que te aconsejamos que lleves calzado cómodo y, sobre todo, que no tengas prisa. Disfruta de esta belleza e icono de la ciudad que se ha conservado a través de los siglos. 

Cuando salgas de la Alhambra, se estará acercando la hora de comer así que dirígete hacia la Plaza Nueva, eje neurálgico de la ciudad y lugar de tapeo. Antes de llegar pasarás por la Carrera del Darro, dicen que es el paseo más bonito de Granada y el que menos cambios ha sufrido. Se llama así porque está junto al río del mismo nombre y por él cruzan diferentes puentes. El más famoso, es el puente árabe del Cadí, que conectaba el barrio del Albaicín con la Alhambra en la época medieval, cuando el caudal del río era abundante. 

Una vez hayas comido, es hora de dar un paseo por la calle de las teterías que se encuentra en Calderería Vieja y Calderería Nueva. En pocos minutos habrás llegado, te darás cuenta por la cantidad de establecimientos de estilo moruno que ofrecen té y pastas árabes. Esta calle es muy bonita, no solo por sus teterías sino por las tiendecitas de marroquinería, telas y recuerdos. Por supuesto, no te vayas sin sentarte en alguna de sus teterías a tomarte un té y un dulce árabe.