Desde Nativics hemos confeccionado esta ruta medieval en coche de 5 días por las ciudades de Toledo, Ávila, Salamanca y Segovia. Todas ellas, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Este plan incluye 4 noches de alojamiento en las dos Castillas con una noche de hotel en cada ciudad para que las disfrutes de día y de noche y el mejor itinerario con sugerencias y consejos prácticos.

5 Días / 4 Noches
+
desde
113 €
por persona

¿Te interesa?

Realiza tu búsqueda y asegúrate ya el mejor precio.

Detalles de la experiencia

Guía de viaje de 5 días de ruta medieval por Toledo, Ávila, Salamanca y Segovia

Día 1:

Toledo, la ciudad de las tres culturas

Iniciamos la ruta por la ciudad medieval de Toledo, una de las más visitadas de España que, aunque pequeña, tiene mucha historia y mucho por descubrir. La grandeza de su belleza es que, entre sus murallas, convivieron durante décadas tres culturas en relativa paz: musulmanes, judíos y cristianos. Cada una de ellas aportó una parte de personalidad a la ciudad, que hoy día todavía conserva y que vamos a descubrir en este itinerario. ¡Empezamos la visita!


En primer lugar, Toledo, tiene varias puertas alrededor de las murallas que servían de entrada y salida: Puerta de Alfonso VI, Puerta del Sol, Puerta del Cambrón y la más famosa, la Puerta de la Bisagra. Si tienes la opción, ya que dependerá de la dirección desde donde vengas, es una buena forma de entrar a lo grande a la ciudad y, sino, puedes pasar por alguna de ellas en cualquier otro momento. 


Dicho esto, la mejor opción para comenzar la ruta por el casco antiguo medieval, Patrimonio de la Humanidad, es hacerlo por la Plaza de Zocodover, una plaza histórica rodeada de edificios castellanos, pastelerías y comercios.  Esta plaza mayor casi triangular, tiene muestras de arquitectura árabe ya que en aquel tiempo constituía el zoco de la ciudad. De ahí su nombre que significa “mercado de las bestias” en árabe. Pero lo que hace realmente especial a esta plaza, es el edificio que se encuentra en ella: el Alcázar de Toledo. Esta fortaleza se ubica en el punto más alto de la ciudad y ha tenido diferentes moradores a lo largo de la historia, desde palacio romano en el siglo III hasta palacio de Carlos I, entre otros, por poseer un gran valor estratégico, motivo por el cual decidieron asentarse diferentes pueblos y culturas. Lo más bonito de este edificio está en el exterior, te recomendamos que lo rodees para ver todas sus fachadas . Si quieres ver las vistas de la ciudad, puedes subir a la cafetería que hay en la última planta de la Biblioteca de Castilla La Mancha. La entrada es gratuita. Dentro del Alcázar se encuentra el Museo del Ejército, la entrada es barata y se compra allí pero, desde nuestro punto de vista, con solo un día de visita, es prescindible. 


Al salir del Alcázar, dirígete hacia la Catedral Primada de Toledo, ubicada en la misma plaza del Ayuntamiento. Lo bueno de esta ciudad es que está todo cerca caminando. Eso sí, hay cuestas por todos lados…Para entrar a la catedral se requiere entrada de pago. Su horario de lunes a sábado es amplio, de 10h a 18:30h, sin embargo, los domingos solo está abierta durante la tarde, de 14h a 18:30h.  Esta gran preciosa catedral de estilo gótico con influencia francesa, se empezó a construir en 1226 sobre los cimientos de la catedral visigoda del siglo VI, que fue utilizada también como mezquita. Compuesta por cinco naves, cuenta con 120 metros de largo y 60 de ancho, 88 columnas y 72 bóvedas. Nada más llegar te impresionará la belleza de su arquitectura. Si le das una vuelta al edificio, descubrirás sus tres magníficas fachadas: la fachada principal, la Puerta del Reloj y la Puerta de los Leones. En su interior se encuentra la Sacristía Mayor, de relevante importancia debido a que es donde se expone el famoso cuadro de “El Expolio”, de El Greco, famoso pintor que residió en Toledo. Las capillas, el coro y su campana de 18 toneladas, conocida popularmente como “La Gorda” y por ser la más grande de España, son otros de los elementos destacados de esta construcción.  


Una vez hayas visitado la Catedral Primada de Toledo, es hora de visitar la Iglesia de Santo Tomé, más modesta pero de gran valor por lo que alberga en su interior, el famoso cuadro de El Greco, llamado “El entierro del conde de Orgaz”. Al salir de la parroquia, si eres un amante de las pinturas del Greco, puedes ir al Museo de El Greco, pero sino, es una visita prescindible. 


Después de la catedral y la iglesia de Santo Tomé, es el turno de adentrarnos en el barrio judío. Allí se encuentran varias sinagogas pero vamos a centrarnos en la Sinagoga de Santa María la Blanca, el monumento más bello de la judería de Toledo y la favorita de quienes la visitan. Esta sinagoga de estilo mudéjar destaca por su interior ornamental que contrasta con el exterior austero de la edificación. En él encontramos paredes blancas, arcos de herradura y 32 pilares octogonales recubiertos por cemento y cal que destacan por sus capiteles decorados con cintas, piñas y volutas. Sin duda, el estilo morisco de esta antigua Sinagoga Mayor, es lo que más llama la atención y lo que la hace tan especial e imprescindible en tu visita a Toledo.


Continuando con nuestro itinerario, el próximo monumento por descubrir será el Monasterio de San Juan de los Reyes. Este monasterio de estilo isabelino con influencia mudéjar es lo que lo hace único junto con su historia ya que fue Isabel la Católica quien lo mandó construir. Le impresionó tanto la ciudad que pensó que sería un buen lugar para sepultar sus restos mortales y los de su esposo, Fernando de Aragón. Como es bien sabido, finalmente no fue así ya que los Reyes Católicos decidieron en su última conquista, quedarse en Granada y dedicar este templo a San Juan Bautista, del cual Isabel de Castilla era devota. Aún así, con la intención inicial, te puedes hacer una idea de la dedicación con la que se construyó este monumento. ¡No te pierdas su fachada isabelina y su claustro!


Y para terminar con el paseo por las tres culturas, no puede faltar la Mezquita del Cristo de la Luz. Cierra, como la mayoría de monumentos en Toledo, a las 17:45h, así que procura estar como mínimo 30 minutos antes. Sus elementos arquitectónicos y decorativos son una muestra en miniatura de la Mezquita de Córdoba, así que seguro que esta joya de arte islámico y las leyendas que esconde no te dejarán indiferente. 


Una vez salgas del Cristo de la Luz, tienes dos opciones: seguir perdiéndote por las calles, parar en algunas de sus tiendas, comprar algunos dulces o ir al Mirador del Valle, desde donde se ven unas vistas panorámicas espectaculares a la ciudad. Para llegar a este mirador tardarás 10 minutos si lo haces en coche o 40 minutos si lo haces caminando.  Si llegas a tiempo para ver el atardecer, será el final perfecto para este día. ¡La guinda del pastel! 


Ahora toca buscar un lugar donde cenar, descansar un poco y deslumbrarte con la ciudad de Toledo de noche. ¡Una auténtica maravilla!



¿Qué verás hoy?

Día 2:

Ávila, más allá de la muralla

A primera hora de la mañana, toca seguir con nuestra ruta medieval dejando atrás Castilla-La Mancha para trasladarnos hasta Castilla y León donde nuestra primera parada será Ávila, a poco menos de 2 horas en coche.  Esta ciudad, Patrimonio Cultural Mundial, es conocida por su magnífica muralla emplazada en un lugar precioso de la ciudad, nuestra primera visita, pero, lo cierto es que esconde muchos más tesoros que en esta jornada descubrirás. 


El día de hoy empieza, cómo no, con la visita a la Muralla de Ávila, icono de la ciudad. Accederemos a ella desde la Puerta del Alcázar por ser la más emblemática, aunque también es posible hacerlo desde la Casa de las Carnicerías y la Puerta del Puente. Esta impresionante muralla medieval del siglo XI, cuenta con 2.516 metros de perímetro, 87 torreones, 9 puertas de acceso, en las que destacan la Puerta de San Vicente y la Puerta del Alcázar, 2 porteras y 2.500 merlones, y presume de ser el recinto amurallado mejor conservado de España.  Sin duda, es una auténtica muralla de película… Pero lo mejor de todo, es que podrás recorrer gran parte de su trazado y pasear por las murallas. Desde allí arriba podrás ver el color verde intenso que hay bajo sus pies y lo bonita que es la ciudad. 


Al salir de la muralla, si bajas por la calle de la Cruz Vieja, llegarás hasta la Catedral de Cristo Salvador o Catedral de Ávila. Si bien es cierto que su fachada no es muy llamativa, sino más bien austera, el interior merece la pena. De estilo románico y con más de 300 años de construcción, se aprecian elementos de diferentes influencias como la gótica, observable en su impresionante Retablo Mayor, y la renacentista en la que destaca el laborioso Coro, trabajado con todo detalle sobre madera de nogal, y el Trascoro, pilastras decoradas con altorrelieves que representan La presentación en el Templo, La Adoración de los Reyes y La matanza de los Inocentes. Otra parte de la catedral no te puedes perder es la Girola, no solo porque es el elemento más antiguo del templo y el de mayor importancia arquitectónica, sino porque es toda una belleza. Por supuesto, no te vayas sin darte una vuelta por el claustro. 


Y de la Catedral pasamos a la Basílica de San Vicente, ubicada fuera de los muros, pasando por la Puerta de San Vicente. Llegar no nos llevará más de cinco minutos caminando. Es la ventaja de las ciudades amuralladas, que lo tienen todo a unos pocos pasos. Al llegar a la basílica, verás que su fachada es de un color diferente al resto, quizá algo anaranjada. También de estilo románico, la obra de esta parroquia, todavía en uso con celebraciones de culto, se inició en el año 1120. Según cuenta la tradición, fue aquí donde se martirizó y enterró San Vicente y, como resultado de ello, se nombró al templo Basílica de San Vicente. Después de salir de la basílica, dirígete hacia la Plaza del Mercado Chico por la calle López Núñez. De camino pasarás por el Palacio de Monjaraz y el Ayuntamiento, junto a la plaza. En esta zona de la ciudad vieja encontrarás gran variedad de restaurantes donde comer y descansar.  


Por la tarde, puedes aprovechar para visitar el Convento y casa natal de Santa Teresa de Jesús.  Esta iglesia de estilo barroco carmelitano, se construyó sobre la casa donde nació Teresa de Cepeda y Ahumado, ahora capilla de Santa Teresa. Debajo de ella se encuentra el museo teresiano, en la gran cripta de enterramientos. La fachada se divide en tres partes en la que destacan la imagen de la Santa en mármol y los escudos de los Cepeda y Ahumada. En la misma plaza donde se ubica la Iglesia de Santa Teresa, encontrarás también la Sala de las Reliquias y una tiendecita de recuerdos por si quieres llevarte algún souvenir a casa.


Para finalizar el día, nada mejor que disfrutar del atardecer en el mirador de Ávila, el humilladero de los cuatro postes. Caminando llegarás en unos 15 minutos, pasando por el Puente Romano de Ávila que atraviesa el río Adaja. Después de esto, ya solo te queda disfrutar de la bonita noche abulense y, por qué no, disfrutar de un buen chuletón. 



¿Qué verás hoy?

Día 3:

Salamanca, la ciudad universitaria Patrimonio de la Humanidad

Salamanca es otra ciudad de Castilla León que presume de ser Patrimonio de la Humanidad. Su centro histórico se recorre fácilmente caminando y en él se encuentran los monumentos más representativos de Salamanca, una ciudad universitaria llena de cultura, arte y leyendas. Para llegar en coche desde Ávila tardarás poco más de una hora. 


Nada más llegar a Salamanca, no hay mejor manera que empezar este recorrido por la Plaza Mayor, llena de vida, bares y restaurantes hasta llegar al conjunto catedralicio donde se alzan la Catedral Nueva y la Catedral Vieja, una anexa a la otra. Si quieres entrar en ellas, las entradas se adquieren en el mismo templo o en su web. Aunque ya te anticipamos que su famosa fachada es el mayor reclamo y puedes ver a niños y adultos jugando a encontrar alguno de los elementos que esconde. En la fachada de la Catedral Nueva, deberás encontrar un astronauta y un dragón con un helado. Si vas con niños, seguro que esto les mantendrá un buen rato entretenidos… 

Si te apetece, puedes subir también a la torre medieval de la catedral, el Ieronimus. Desde allí podrás pasear por las terrazas que dan al interior del templo y ver las vistas a la ciudad. Nuestra recomendación es que, si quieres ahorrar tiempo y esfuerzo, elijas entre esta torre o la de la Clerecía, otra parada en nuestra ruta, con vistas también a la ciudad.


Desde la catedral, continuaremos hasta la Universidad de Salamanca, un edificio histórico de más de 800 años y un referente académico. Esta fachada también es el reclamo de muchos visitantes que se quedan delante de ella hasta encontrar al animalito que hay escondido: una pequeña rana.


Una vez halles la famosa rana universitaria, dirígete hacia la Casa de las Conchas. El nombre se debe a que su fachada está repleta de conchas. Si quieres ver su patio interior y su biblioteca, la entrada es libre aunque, sin duda, lo que más llama la atención es su exterior.  Justo enfrente de la Casa de las Conchas, se ubica la Clerecía, como se llama al Real Colegio del Espíritu Santo de la Compañía de Jesús. La parte que vamos a visitar serán sus torres subiendo a través de la Scala Coeli, una escalera al cielo. Desde arriba se divisan unas vistas espectaculares de toda la ciudad. En la misma plaza, encontrarás la Universidad Pontificia por la que pasarás delante. 


Bajando por la calle Meléndez, llegarás hasta el Puente Romano. Pasea por encima de sus muros mientras contemplas las vistas a Salamanca y atraviesas el río Tormes para luego regresar por el mismo puente y caminar hasta Casa Lis, un palacete de estilo modernista que tiene unas vidrieras coloridas de lo más bonitas. Su fachada es fascinante y su interior acoge el Museo de Art Nouveau Art Déco. En esta ruta de un día, es aconsejable que, si no eres un amante de este estilo artístico, evites entrar ya que te quitará tiempo de otros monumentos más relevantes.


Siguiendo con el itinerario, si quieres pasear por el Huerto de Calixto y Melibea, deberías hacerlo antes del atardecer ya que cierra después de ponerse el sol. Este espacio ajardinado tiene unas vistas preciosas al río Tormes y a la Catedral. Allí encontrarás una estatua del personaje de Fernando de Rojas, la vieja Celestina. Esto es debido a que se cree que fue en este jardín donde el escritor ambientó la escena del encuentro entre los protagonistas, Calixto y Melibea. 


Para terminar el día, nada mejor que visitar el Palacio de la Salina o de Fonseca. Su entrada es gratuita y la hora de cierre es a las 20h. El acceso al público es solo al patio, el lugar más interesante por sus columnas dantescas en las que aparecen diferentes rostros con expresión de horror. Este palacio fue también estanco de sal, de ahí el nombre popular, y actualmente es la sede de la Diputación Provincial de Salamanca.


Por la noche disfruta de una buena cena en alguno de sus restaurantes y del ambiente animado de sus calles universitarias. Desde el otro lado del puente romano, hay unas vistas impresionantes a la ciudad iluminada. Si tienes ganas de dar un paseo después de cenar, es un lugar de lo más romántico.

¿Qué verás hoy?

Día 4:

Segovia: del Acueducto al Alcázar

La ruta de un día por Segovia, comienza en el mismísimo Acueducto de Segovia, el monumento más emblemático de la ciudad que desde la época romana se mantiene en pie y forma parte del paisaje segoviano. Desde luego, es digno de apreciar que después de tantos siglos podamos disfrutar de esta construcción de ingeniería pura. Estos romanos sabían lo que hacían…


Después de fotografiarnos con el famoso acueducto, continuaremos hacia la calle Real que une el acueducto con la Plaza Mayor. Esta calle es la más comercial de Segovia por lo que mientras la recorres te toparás comercios locales y cadenas internacionales, souvenirs y tiendas de productos típicos de la zona.  Aunque se conoce como calle Real, en realidad está compuesta por tres calles: la calle Cervantes, la calle Juan Bravo y la calle Isabel la Católica. En esta calle popular se halla el Mirador de la Canaleja y la Casa de los Picos,  ambos lugares de parada obligatoria… En el mirador podrás contemplar las fabulosas vistas a la montaña de la Mujer Muerta y al Barrio de San Millán, por lo que es recomendable que dediques unos minutos para disfrutar del paisaje. Continuando en la misma calle Real, te toparás con la Casa de los Picos. Lo que hace a este edificio tan especial son las decenas de puntas en forma de diamante que sobresalen de la fachada, todas ellas dispuestas a conciencia de manera ordenada, lo que le da un aspecto inusual y muy bonito.


Después de ver la fachada de los picos, continuaremos por la misma calle pero tomando el tramo de Juan Bravo hasta llegar a la Plaza de Medina del Campo, conocida también como plaza de las Sirenas por las esculturas que hacen referencia a esta figura mitológica. Eso sí, no te imagines las sirenas edulcoradas de cuento, con grandes melenas y cuerpos esbeltos… Más bien son una mezcla entre el cuerpo de un león y una mujer con corona y velo, más similar a una esfinge. En esta plaza se alza también la estatua de Juan Bravo, detrás de ella hay unas pequeñas escaleras que dan a la Plazuela de San Martín, donde se ubica el bonito Torreón de Lozoya y la Iglesia de San Martín.  Esta iglesia románica destaca por su exterior con su imponente torre campanario. Si quieres visitarla, el acceso está en el lateral izquierdo del templo pero no es imprescindible.


Una vez te hayas admirado con el torreón y la iglesia de San Martín, subiendo  por la Plaza de Medina del campo, llegarás hasta la Plaza del Corpus, en el barrio judío o judería.  Allí se emplaza la actual iglesia católica del Corpus Christi que da nombre a la plaza y que, anteriormente, fue la Sinagoga Mayor. Si te animas a entrar, apreciarás un cierto parecido a la sinagoga de Toledo por su interior de color blanco.  Una vez hayas descubierto la judería, si sigues por la calle San Frutos, llegarás a la mítica Plaza Mayor, eje neurálgico de la ciudad donde se encuentra el Ayuntamiento de Segovia, el teatro Juan Bravo  con su peculiar fachada rosada y la estatua del escritor Antonio Machado, quien vivió e impartió clases en la ciudad además de proclamar, en el mismo balcón del ayuntamiento, la que fuera la II República de España. Pues bien, llegado este momento, estás en el sitio perfecto para parar a comer antes de continuar con este itinerario. Casi en todos los restaurantes se come de maravilla el típico cochinillo asado que está tan suave que se corta con un plato. Todo un espectáculo para los sentidos que, si eres un amante de la carne, no te puedes perder. 


Por la tarde, justo después del almuerzo, llega el momento de visitar la Catedral de Segovia, una de las catedrales góticas más tardías de Europa que se alza en la misma Plaza Mayor. Aunque su nombre oficial es Catedral de Nuestra Señora de la Asunción y de San Fruto, es conocida también como la Dama de las Catedrales por su gran belleza y elegancia. Un monumento de obligada visita. Justo caminando en línea recta, a unos 10 minutos, te toparás con el majestuoso Alcázar de Segovia. Un castillo de cuento de hadas impresionante que se eleva por encima de toda la ciudad creando una estampa idílica. Si quieres entrar dentro de la fortaleza, recuerda llegar antes de las 18h, la hora de cierre. Si sigues este itinerario, no tendrás el más mínimo problema para llegar a tiempo. 


Para terminar este día, nada mejor que hacerlo en el Mirador de la Pradera de San Marcos, desde donde contemplarás las mejores vistas al Alcázar de Segovia. Para llegar solo tardarás unos 15 minutos caminando desde el Alcázar.  Si buscas lugares donde cenar, en los alrededores de la Plaza Mayor encontrarás una amplia oferta de bares y restaurantes. Disfruta de tu última noche de vacac



¿Qué verás hoy?

Día 5:

Despedida de Segovia y regreso a casa

Después de despertar en la bonita ciudad de Segovia, toca despedirse de esta ruta medieval por las ciudades Patrimonio de la Humanidad de Castilla la Mancha y Castilla León y regresar a casa. 

 Para terminar este día, puedes dedicar el tiempo libre a hacer algunas compras, comer o tomar algo en alguna terraza, pasear por sus calles o bien, si has venido en coche, acercarte hasta la Granja de San Ildefonso, a tan solo unos 20 minutos de la ciudad.  Sus jardines son espectaculares y se conoce como “el Versalles español”. Sin duda una buena opción para visitar antes de regresar a casa.


Esperamos que hayas disfrutado de esta ruta en coche y que, si te has quedado con ganas de más, reserves algunos de nuestros completos fines de semana en Toledo, Ávila, Salamanca y Segovia. 



Contacta con un experto

Si tienes alguna pregunta sobre esta experiencia, si quieres más detalles o si quieres personalizar tu viaje ¡no esperes más! Ponte en contacto con nosotros y te ayudaremos a confeccionar tu viaje a medida.

Contacta con nosotros si necesitas añadir vuelos, coches de alquiler, traslados o eventos a tu viaje. Resolveremos todas tus dudas y te ayudaremos a finalizar tu reserva.